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Cuidar de ti para cuidar mejor: la importancia del autocuidado en las personas cuidadoras

La Universidad de Zaragoza se suma a la conmemoración del Día Internacional del Autocuidado a través del mensaje diseñado por la Universidad de Alcalá
Pantalla autocuidados

Según la Organización Mundial de la Salud, millones de personas en todo el mundo ejercen algún tipo de cuidado informal —a familiares, amistades o personas dependientes—, muchas veces sin apoyo suficiente y sin estrategias adecuadas de autocuidado. Este compromiso, aunque profundamente valioso, conlleva un alto riesgo de sobrecarga física y emocional.

¿Quiénes cuidan en España?

La Encuesta Nacional de Salud (2023) señala que un 10,6 % de la población ofrece cuidados no remunerados al menos una vez por semana. Este rol recae, mayoritariamente, en mujeres entre los 45 y 64 años. Un porcentaje importante dedica incluso más de 20 horas semanales a estas tareas, lo que afecta directamente a su salud, bienestar, vida personal y laboral.

Cuidar también es agotador

Cuidar implica escuchar, acompañar, atender… Es un acto de amor. Pero también es un desafío que transforma la vida de quien lo asume:

  • Cambia las dinámicas familiares, generando tensiones y desequilibrios.

  • Afecta al rendimiento académico o laboral, pudiendo obligar a reducir jornadas o abandonar estudios o trabajos.

  • Limita el tiempo libre y el descanso, dificultando la desconexión, el ocio y las relaciones sociales.

Todo esto tiene un impacto directo sobre la salud mental y física de las personas cuidadoras. Además, el bienestar emocional de quien cuida influye directamente en la calidad del cuidado y en la salud de la persona que lo recibe.

¿Y si nos cuidamos un poco más?

Practicar el autocuidado no es un lujo, sino una necesidad. Incorporar hábitos de autocuidado no solo mejora la salud de quien cuida, sino que también permite ofrecer un apoyo más sostenible, empático y eficaz a quienes lo necesitan.

Aquí algunas estrategias prácticas para cuidar(se) mejor:

🔹 Salud física: Mantener una alimentación equilibrada, dormir lo suficiente, hacer ejercicio y realizar revisiones médicas periódicas.

🔹 Bienestar emocional: Aprender a poner límites, expresar emociones, practicar técnicas de relajación y buscar apoyo psicológico si es necesario.

🔹 Tiempo para uno mismo: Dedicar tiempo a aficiones, descansar, desconectar del rol de cuidador y pedir ayuda cuando haga falta.

🔹 Red de apoyos: Contar con una red de apoyo —familia, amistades, grupos de apoyo o asociaciones— es fundamental para no sentirse solo.

 

Desde Unizar Saludable, animamos a toda la comunidad universitaria a visibilizar y reconocer el papel de las personas cuidadoras y a promover una cultura del autocuidado. Porque cuidar también es mirarse hacia dentro. Y cuidarse es, al mismo tiempo, un acto de generosidad hacia los demás.